Por Darkshak Beltrán
Houston, Texas.- Un hombre de 47 años identificado como Santos Orellana Hernández, y originario de Honduras, se declaró culpable de mandar a un sicario a su país de origen para que matara a familiares de su aún esposa.
Hernández residía con Edith Argueta Vásquez, conyugue del desalmado, en Port Arthur, Texas.
Entre tanto, se dio a conocer que la pareja estaba en proceso de divorcio, y que Santos quería vengarse de su mujer por solicitar la separación legal, por eso contrato a Gustavo Ramírez, el supuesto “sicario”en Honduras a quien le pagaría la suma de 8,000 dólares, un equivalente de 200,000 lempiras.
Este último, confesó todo e hizo la entrega al Buró Federal de Investigaciones (FBI) del audio que fue grabado durante una llamada que sostuvo con el autor intelectual del intento de asesinato.
Ante la acción de Ramírez, se logró evitar que cuatro (4) personas inocentes perdieran la vida, ya que el enojado esposo, no solamente quería acabar con la vida de la mamá de Edith, si no también con la de su hermano, su exnovio y otro familiar no descrito.
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El 20 de mayo de 2020, Santos Orellana Hernández fue acusado de uso de instalaciones comerciales interestatales en la comisión de asesinato a sueldo.
En junio, mientras estaba encarcelado, se supo que conspiró con otra persona para intimidar a Edith Argueta Vásquez, su exesposa, para que retirara la acusación de asesinato a sueldo.
El 4 de noviembre de 2020, se le agregaron los cargos de manipulación de testigos.
Mientras tanto; en ese mismo mes, un gran jurado federal emitió una acusación de reemplazo que agregó cargos de conspiración y manipulación de testigos.
Finalmente, en las recientes horas, Orellana Hernández se declaró culpable de esos delitos y de contratar a un asesino a sueldo.
Por lo anterior, el hondureño ahora enfrenta una posible condena de al menos 20 años de cárcel en suelo norteamericano.
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