Nueva Delhi, agosto 17 de 2020
India superó este lunes los 50.000 muertos por coronavirus, que se propaga en pequeñas ciudades, pueblos y áreas rurales donde predomina una fuerte estigmatización de los enfermos y cuyos sistemas de salud son frágiles.
Muchos expertos consideran que el número real de afectados puede ser mayor debido al bajo nivel de test de diagnóstico que se realizan y a que el registro de los muertos es imperfecto en este gigantesco país de 1.300 millones de habitantes.
El país arrebató la semana pasada al Reino Unido el cuarto lugar en número de fallecidos, por detrás de Estados Unidos, Brasil y México, y este lunes informó que ha alcanzado 50.921, tras registrar 941 nuevos deceso en las últimas 24 horas, según datos del Ministerio de Salud.
El segundo país más poblado del planeta, que cuenta con algunas de las mayores ciudades y suburbios del mundo, es ya el tercero con más infectados por detrás de Estados Unidos y Brasil, con 2,65 millones de infectados.
Pese al aumento de los fallecidos, el ministerio indio de Salud tuiteó el domingo que la letalidad del virus es una “de las más bajas del mundo”, por debajo del 2%.
“Una puesta en marcha de pruebas de diagnóstico agresiva, un rastreo amplio y el tratamiento eficaz mediante una serie de medidas han contribuido al alto nivel de curaciones existente”, dijo el ministerio en un comunicado.
El sábado, el primer ministro Modi dijo que India está realizando ensayos y test de tres posibles vacunas y que su gobierno está preparado para producir grandes cantidades de dosis si alguna de ellas es viable.
“Una vez que obtengamos la luz verde de nuestros científicos, lanzaremos la producción masiva de la vacuna. Hemos hecho todos los preparativos”, afirmó.
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