La mascarilla es un elemento indispensable para prevenir los contagios y ya forma parte de nuestra realidad cotidiana. A pesar de que su correcta utilización es decisiva para limitar los posibles rebrotes de Covid-19, aún hay quien no acaba de animarse a usarla.
Son muchas las campañas alrededor del mundo que se han ideado con el fin de concienciar a la población sobre la importancia de ponérsela, pero sin duda una de las más originales es la que ha lanzado la ciudad de Nueva York y que está protagonizada por un Jason Voorhees triste y solitario.
Podría tratarse de la enésima campaña de concienciación sobre medidas de seguridad frente al coronavirus si no fuera porque este anuncio se aleja radicalmente del tono didáctico, emotivo o dramático al que estamos habituados cuando se tocan temas referentes a la pandemia. Y es que la agencia WPP, responsable del spot, ha optado por recurrir al humor y darle un aire fresco al asunto.
Si hay una máscara famosa en el mundo esa es la de Jason Voorhees, el personaje psicópata que apareció en pantalla por primera vez en 1980 en la película Viernes 13 y que se convirtió en todo un icono popular del terror. La archiconocida máscara ha aparecido en numerosas secuelas, cómics y videojuegos y ahora reaparece en la campaña neoyorquina.
En el vídeo vemos a un apenado Voorhees que pasea por las calles de la ciudad triste y solitario porque todas las personas con las que se cruza se asustan y salen corriendo. Su voz en off, acompañada por una triste melodía, se lamenta de su escasa vida social y de que debajo de esa máscara simplemente es “un tío normal”.
Al final, mientras está sentado en un parque, una niña se acerca y le da una mascarilla. Cuando se la pone encima de la máscara todo cambia: “llevar una mascarilla puede dar miedo, pero no llevarla puede ser mortal”. Con este giro el anuncio parece indicar que en realidad la gente salía pitando por miedo al contagio más que por el terror que inspira el personaje. Una manera muy ingeniosa de encajar el sentido del humor en un tema tan serio y preocupante y de hacer llegar el mensaje a la población joven, utilizando un código que suele dar muy buenos resultados en este sector social.
