Una pareja sudafricana se encontraba de luna de miel en un resort de lujo en Maldivas, un país tropical en el océano Índico y allí es donde les pilló la cuarentena de coronavirus. A pesar de lo paradisíaco de su confinamiento, temen que los costes de su estancia les arruinen.
Olivia y Raúl De Freitas se casaron recientemente en Sudáfrica, su país de procedencia, y decidieron darse el lujo de una luna de miel en condiciones. Planearon una estancia de seis días en un resort de cinco estrellas en Maldivas. Según señalan, como no habían convivido antes del matrimonio iba a ser una manera muy especial de empezar su vida juntos. Comenzaron su viaje el 22 de marzo y a pesar de los malos augurios que ya estaba vaticinando la pandemia de coronavirus, no se había anunciado nada concreto que les afectara, y su agente de viajes les aseguró que, independientemente de la política que se aplicara, se permitiría a todos los ciudadanos sudafricanos volver a casa.
Incapaces de escapar
Según nos cuenta The New York Times, el miércoles pasado, 1 de abril, recibieron el aviso de que los aeropuertos de su país estarían cerrados para la medianoche del jueves. Se dieron cuenta de que, aunque consiguieran vuelos, harto complicado, no podrían regresar a tiempo a casa, pues tenían, entre vuelos y escalas, 17 horas de traslado. También Maldivas estableció su propio cierre, por lo que se frustró una posible escapatoria via lancha a la capital del país. Si salían del complejo hotelero, no podrían volver a entrar, con lo que se quedaron y se convirtieron en los únicos huéspedes del Cinnamon Velifushi Maldives.
El complejo turístico comprende la totalidad de la isla, por lo que no hay ningún otro lugar donde ir, y todos los trabajadores del Cinnamon Velifushi Maldives está a su servicio, ya que ninguno ha podido abandonar la isla: las normas del gobierno no permiten a ningún ciudadano de Maldivas abandonar los complejos turísticos hasta que no se someta a la cuarentena que sigue a la salida del último huésped.
En tanto, el domingo 5 de abril la embajada les avisó con una hora de antelación, a través de WhatsApp, para que hicieran las maletas. Después de despedirse y dar las gracias, fueron llevados en lancha rápida a otro centro turístico de cinco estrellas, donde se está reuniendo a los sudafricanos de las Maldivas, unas dos docenas en total. El gobierno local ha señalado que subvencionará una gran parte del coste de su estancia… aunque, seguramente, no les saldrá barata.